Judiciales
Ficha Limpia: El Senado rechazó el proyecto para proscribir a Cristina
Por María Cafferata - Con 36 votos a favor y 35 en contra, la iniciativa que buscaba prohibir que las personas condenadas en segunda instancia por un delito de corrupción integraran las listas electorales se cayó. El festejo del peronismo. El voto clave de los misioneros Rojas Decut y Arce.
“Viva Perón carajo”. El grito de Juliana Di Tullio resonó en todo el recinto cuando el tablero mostró el resultado: con 36 votos a favor y 35 en contra, el Senado había rechazado la Ficha Limpia. Los senadores peronistas se abrazaron, incrédulos. El misionero Carlos Rovira había salido al rescate: los dos senadores que le responden, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, cambiaron su voto a último momento y votaron en contra, dejando a la ley, que hubiese imposibilitado una futura candidatura nacional de Cristina Fernández de Kirchner, sin la mayoría especial que necesitaba.
Ezequiel Atauche, cuando terminó la votación, se mostró sorprendido, casi indignado. “Teníamos los votos contados. No se lo veía venir, estuve todo el día detrás de esto”, afirmó, en una simulación de ira y compunción. Terminó y se encogió de hombros: el jefe de la bancada libertaria, emisario de Santiago Caputo en el Senado, no había parado ni un minuto en la previa de la votación. Pero no había sido para aprobar la ley, sino todo lo contrario.
Durante las 11 horas que duró el debate, Atauche casi no estuvo en el recinto. Teléfono en mano y acelerado, el senador se la pasó visitando despachos, conversando en pasillos y llamando, desesperado, para intentar convencer senadores que quisieran darle una mano para boicotear la sesión. El Gobierno se había resignado a convocar la sesión, pero no se rendiría sin dar pelea: no quería la ley y tenía dos estrategias para evitarlo.
La primera línea de acción era incluir cambios en la ley, de modo que tuviera que volver a tratarse en Diputados. Sus aliados eran los radicales, que ya venían reclamando introducir nuevos delitos a la Ficha Limpia. Pero no tuvo suerte: los radicales no querían quedar expuestos como los que habían ayudado a dilatar la sanción del proyecto, impulsado por todo el partido. Fue Víctor Zimmerman el que anunció su postura en el recinto: “Aunque otros pretenden incluir otros delitos tipificados, no es el momento y lo podemos discutir más adelante. Hoy necesitamos una respuesta clara”, afirmó el chaqueño.
El Plan B era dinamitar la votación, convencer a algún aliado que pertenecía al “Grupo de los 38” -es decir todos los senadores no peronistas que acompañaban la ley- que votase en contra. No fue fácil, los provinciales no querían llevarse la marca para salir en auxilio del Gobierno, que no terminaba de confesar que no quería la ley. “Que pongan ellos la carita si no quieren que haya ley”, mascullaba, irritado, un senador que integra un bloque provincial de la Patagonia.
El peronismo observaba la danza de Atauche desde afuera: si había alguien que podía boicotear la sesión era el Gobierno, no ellos. En Unión por la Patria le prendían una vela a las maquinaciones de Caputo y Atauche, los aliados más inesperados. Eran los más esperanzados: mientras en el PRO y la UCR aseguraban que la votación estaba cerrada y el Gobierno buscaría una manera de capitalizar la sanción de la Ficha Limpia, el peronismo confiaba en un deus ex machina que saliera en su ayuda.
Al final fueron los misioneros. Arce y Rojas Decut, que responden al líder misionero Carlos Rovira, votaron en contra de la ley con el resto del peronismo y dejaron la votación con solo 36 votos a favor. El tablero dio que la Ficha Limpia se había rechazado. Victoria Villarruel, que presidía la sesión, se mostró sorprendida. Los senadores de UxP más cercanos de CFK, como Di Tullio, José Mayans y Oscar Parrilli, se fundieron en un abrazo de oso.
El debate
Antes de que se conociera el resultado, el debate giró, fundamentalmente, en torno a un eje: si la ley era o no contra Cristina Fernández de Kirchner, quien no podrá volver a ser candidata a un cargo nacional, debido a la condena de Casación Penal en la causa Vialidad. Unión por la Patria, que fue la única bancada que no dio quórum, dedicó toda la sesión a denunciar que, detrás de la ley, no había otra cosa que un intento de proscripción contra la principal referente del peronismo.
“Este proyecto es contra Cristina. Como no le pueden ganar con los votos la quieren sacar de la cancha. En otra época quizá tocaban la puerta de los cuarteles, ahora tocan la puerta del Poder Judicial”, cuestionó Wado de Pedro, que calificó la Ficha Limpia como “la culminación de un método mafioso de proscripción de dirigentes a partir de manejo de medios y copamiento ilegal de sectores del Poder Judicial”.
“Qué poco originales son los gorilas. Pasamos por bombas, proscripciones, nos mataron 30 mil compañeros, ¿y saben qué? Se van a morir sin entender por qué la gente nos vuelve a elegir. El pueblo solo recuerda a quien puso en valor la dignidad”, cuestionó Anabel Fernández Sagasti, en uno de los discursos más encendidos de la sesión.
Hablando a veces a dos voces con Juliana Di Tullio, que acotaba chistes a su lado, la mendocina camporista cuestionó que el oficialismo no quisiera incluir modificaciones para sumar delitos a la inhabilidad -como narcotráfico o trata de personas- y propuso una nueva iniciativa: “¿Quieren Ficha Limpia? Nosotros queremos Nariz Limpia. Queremos un examen toxicológico a cada candidato una vez oficialice su candidatura”, planteó.
“Con tal de que que no los jodan en LN+ son capaces de hacer cualquier cosa”, los cruzó, por su parte, Di Tullio, mirando de frente a los senadores del PRO y la UCR.
Los impulsores de la ley, por el contrario, insistieron en bajarle el tono, rechazando que la ley tuviera nombre y apellido. “Parece que estamos sobrevalorando algo que es algo básico, elemental. Estamos incorporando una condición por la cual determinados ciudadanos no pueden ser elegidos. ¿Quienes son? Ya estuvieron y manejaron el erario público y lo hicieron con cuota de corrupción y por eso tiene dos condenas”, cuestionó el ex presidente del PRO, Luiz Juez.
“Estoy de acuerdo que es una ley con nombre y apellido. Pienso en quien fue dos veces presidente que tuvo gran popularidad y la perdió por causas corrupción. Que después de dejar el cargo fue condenado. Que después buscó fueros en el Senado”, enumeró Martín Lousteau e, irónico, agregó: “Esa persona es Carlos Saúl Menem”.
“No se trata de perseguir a nadie. Se trata de construir un andamiaje jurídico”, sumó la larretista Guadalupe Tagliaferri, que aprovechó para sumar un nuevo condimento al debate: la rivalidad despiadada por la paternidad de la ley. “Esta ley no es de autoría de nadie. Ni de un gobierno nacional ni mucho menos de una candidata”, remarcó, apuntando los cañones contra Lospennato, que compite también con la lista que encabeza Horacio Rodríguez Larreta.
Fuente El DiarioAr




