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Economía

La energía aportará USD 3000 millones extra, pero no alcanzan para cubrir la falta de dólares

Por Esteban Rafele - Consultores y economistas opinan sobre el frágil equilibrio que enfrenta la cuenta corriente, con exportaciones energéticas en aumento y cuentas externas tensionadas por el consumo actual.

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El sector energético alcanzará en 2025 un superávit comercial de USD 8,000 millones o más, y será clave para el escenario de dólar planchado que traza el Gobierno de cara al año electoral. Sin embargo, estas divisas no serán suficientes para revertir el déficit de cuenta corriente que todos los economistas esperan por mayores importaciones, el boom de turismo al exterior y el pago de servicios y deudas.

Distintos consultores del sector energético coinciden en que Vaca Muerta -sobre todo- aportará un saldo neto entre USD 7.600 millones y 8.000 millones este año. Según Economía & Energía (E&E), la firma de Nicolás Arceo, el escenario base para 2025 supone exportaciones por casi USD 11.700 millones (unos USD 2.000 millones más que en 2024) e importaciones por USD 3.700 millones (casi USD 600 millones menos que el año que cerró). Para Daniel Dreizzen, director de Aleph Energy, “el superávit será de unos USD 8.000 millones, pero pueden ser más”. El especialista ajustaba sus proyecciones al alza por estos días.

La balanza energética dio un vuelco este año. Por primera vez en casi dos décadas, el país terminó 2024 con un saldo positivo en torno a los USD 5.400 millones, según E&E. Hasta noviembre inclusive, los datos del INDEC arrojaban un superávit de USD 4.806 millones. El gasoducto Néstor Kirchner (ahora Perito Moreno) y otras obras que facilitaron el transporte de gas desde Vaca Muerta ayudaron a que la importación de GNL bajara 40% interanual. Hasta noviembre, las exportaciones crecían casi 20% interanual y las importaciones caían casi 50%. En 2023, la balanza había sido levemente deficitaria. Los años previos, marcados por los altos precios internacionales de la invasión de Rusia a Ucrania y la coyuntura doméstica de baja inversión, habían sido muy deficitarios.

La Secretaría de Energía destacó que 2024 registró la producción de crudo y gas más alta desde 2003, cuando toda la extracción era de yacimientos convencionales y Vaca Muerta no tenía ni siquiera actividad exploratoria. Hasta noviembre, la extracción de crudo creció 9,7% acumulado y la de gas, 4,8%. El petróleo no convencional de la cuenca neuquina se incrementó más de 27%, mientras que el shale gas, más de 20%.

La tendencia se profundizará este año, según todas las estimaciones. Aunque el superávit de la balanza energética previsto es modesto si se toman los números macro. Este jueves, Argentina pagará deuda por USD 4.700 millones, entre capital e intereses. Los USS 3.000 millones extra que aportará este año la energía equivalen a las amortizaciones de capital que debe saldar el Tesoro a los acreedores.

Minería, energía y el futuro del dólar barato
Economía & Energía trazó distintos escenarios y previó que, de consolidarse las inversiones que permitan expandir la capacidad de transporte, la balanza comercial energética podría ser de hasta USD 25.000 millones en 2030. Equivale, en números gruesos, al saldo positivo de cada campaña agrícola.

Este escenario implica desembolsos de USD 3200 millones destinados a incrementar la producción, ampliar la capacidad de transporte de petróleo y potenciar las exportaciones de gas a la región, así como de GNL por vía marítima. Algunas de esas inversiones, como el buque licuefactor que PAE y Golar planea amarrar en Río Negro, ya ingresaron al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Otras, como la planta de GNL de YPF, todavía está en veremos.

Según E&E, una proyección más moderada, “base”, supondría una balanza comercial positiva algo inferior a los USD 20.000 millones para 2030. Una previsión “ácida”, que suponga que no se concentran las inversiones necesarias, pondría el saldo positivo en torno a los USD 10.000 millones en cinco años.

En la mirada del Gobierno y de algunos analistas, como Dante Sica, titular de Abeceb, este año será un puente hacia un escenario distinto, de abundancia de divisas por la escalada de producción de Vaca Muerta, el despegue de la minería y las expectativas sobre el sector agropecuario.

Es lo que se conoce como “enfermedad holandesa”: un boom exportador que cambie la ecuación económica de un país y que aprecie su moneda hasta un punto tal en que los sectores no asociados a ese sector terminan perjudicados, porque pierden competitividad.

Otros consultores consideran que el desarrollo de este potencial no será suficiente para ese cambio de paradigma y seguirán faltando dólares, aunque menos. “A largo plazo, con la consolidación del favorable saldo comercial energético y la incorporación del saldo minero potencial, la proyección externa luce más relajada”, indicó Empiria, la consultora de Hernán Lacunza, en un reporte reciente. “Pero es difícil hablar de problemas de abundancia (como la “enfermedad holandesa”) con reservas netas negativas en el Banco Central”, añadió.

Según Empiria, en 2025 habrá un déficit de cuenta corriente equivalente a 0,55% del PBI. El superávit de la balanza comercial rondará los USD 17.200 millones, porque las importaciones crecerán más que las exportaciones por el tipo de cambio apreciado y la mayor tasa de actividad. “El déficit del sector servicios tenderá a profundizarse, especialmente en el renglón ‘turismo’”, añadió. A eso se suman intereses netos a pagar por USD 11.057 millones.

“Las proyecciones de las cuentas externas para 2025 muestran un panorama menos holgado que en 2024, pero no explosivo. Recuérdese que, en la previa de la crisis cambiaria de 2018, el déficit de cuenta corriente había orillado el 5% del PBI, aunque con reservas internacionales mucho más robustas”, comparó Empira.

“Argentina comienza a transitar un sendero de déficit de cuenta corriente; el país empieza a consumir más de lo que produce”, añadió PxQ, la firma de Emmanuel Álvarez Agis. La inversión privada en los sectores con potencial exportador podría cubrir, transitoriamente, esa diferencia entre los dólares que habrá y los que faltan.

“Argentina estaría adelantando el consumo a cuenta de lo que que le permitirá afrontar el crecimiento de su sector exportador”, añadió. “Las familias consumen haciendo uso de los dólares que las compañías ingresan a la economía argentina y esa ‘fiesta’ se pagará con el futuro incremento de las exportaciones. Sin embargo, la velocidad a la cual crece el consumo presente a costa de las futuras exportaciones parece alta”, advirtió.

Según Equilibra, las “proyecciones más optimistas” auguran exportaciones adicionales de energía y minería por USD 35.000 millones extra hacia 2030. “Cuesta calificar a estas proyecciones de ‘enfermedad holandesa’”, añadió. Según sus cálculos, las exportaciones de energía y minería saltarían desde los USD 300 a los 1000 per cápita. Actualmente, el país exporta por bienes y servicios USD 2000 per cápita. Pero ese incremento “luce modesto si se lo considera a la luz de los USD 3000 de Chile, los USD 4000 de Canadá o los USD 7000 de Australia en energía y minería”.

La firma que dirigen Martín Rapetti y Diego Bossio considera que “esos montos no dan para una ‘enfermedad holandesa’”. Por lo tanto, “luce muy improbable que la economía pueda soportar un tipo de cambio real como al que vamos”.

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