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Opinión

Miserias y picardías del "francisquismo" tardío de Milei

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Francisco rompió, otra vez, el protocolo. Al finalizar la ceremonia por la canonización de Mamá Antula en la Basílica de San Pedro, cuando debía retirarse hacia sus oficinas, decidió sorpresivamente cambiar de dirección y enfilar hacia donde estaba Javier Milei. El libertario observó, nervioso, el movimiento. De pie, un poco tembloroso, lo vio recorrer los 30 metros que los separaban. Francisco le puso la mano en la mejilla y le habló.

-¿Qué hacés? Gracias por venir vos que sos medio judío… -sonrió.

Era febrero de 2024, Milei llevaba dos meses como presidente y lo precedía una ráfaga de maldiciones y frases hirientes contra el Papa, entre otras aquella de que era “el representante del maligno en la Tierra”. Así y todo, desde el Vaticano se lo invitó a la canonización de la religiosa y se programó una audiencia para el día siguiente. Pero el pontífice, pícaro y tiempista, lo fue a saludar antes. “Te peinaste”, le dijo, campechano.

— ¿Lo puedo abrazar, Santo Padre? — rompió el silencio Milei.
— Cómo no, mi hijo…

Fue un contacto breve, que despejó las incógnitas sobre la reunión del día siguiente, la cual duró una hora y cerró con una foto de los dos –Francisco y Milei– parados, muy serios, uno al lado del otro. Volvieron a verse meses después, en el G7 de Roma, pero esa vez el contacto fue frío. Un dato no pasó desapercibido: casi todos los mandatarios pidieron audiencia con Francisco, pero Milei no lo hizo. Nunca se aclaró por qué. Fue el último, muy breve, mano a mano.

En el doble encuentro de febrero — que, para el mundo diplomático, era una intriga; en aquella ocasión, teoriza alguien que siguió de cerca el proceso, el Papa entendió que Milei era menos impulsivo de lo que parecía, y no se sabía cuál podría ser la reacción del libertario — se estableció una especie de regla no escrita: a pesar de los comentarios del Papa sobre Argentina y de los encuentros con dirigentes de todo tipo y color — de Axel Kicillof a Victoria Villarruel — , el propio Milei, e institucionalmente la Casa Rosada, evitaron volver a confrontar con el jefe de la Iglesia. “Se sabe que pensamos diferente”, dijo, alguna vez, el portavoz Manuel Adorni, uno de los funcionarios que Milei subió a la comitiva que el jueves a medianoche voló a Roma.

La despedida
El Papa comunista, el pobrista, según el enfoque libertario, no dejó de objetar los modos y las políticas de Javier Milei. El triunfo del economista en 2023 pudo ser, según fuentes cercanas a Francisco, el hecho que selló la decisión de no visitar Argentina. A principios de aquel año, se había especulado con que Francisco podría viajar a América del Sur, y en particular a Argentina, en marzo del 2024. No dejó de ser una versión.

La designación, a poco de asumir, del exdiputado del PRO Francisco Sánchez — un dirigente que llegó a decir que “ningún Papa nos hizo tanto daño” — no cayó bien en el Vaticano, aunque no generó respuestas. La eyección del funcionario, entre denuncias internas por gastos exorbitantes en viajes y estadías en el exterior, subsanó aquel despropósito que se imputó a la excanciller Diana Mondino. Nahuel Sotelo, ultrareligioso, y con terminales en el ecosistema de Santiago Caputo, apaciguó las aguas.

El Gobierno, por su lado, bajó la espuma y dejó de confrontar con el Papa. Sin embargo, más allá de la pausa por la muerte de Francisco, en la matriz de la ideología libertaria abundan los antagonismos con lo que proponía el sumo pontífice. El tuit de Milei, a horas de su muerte, es muy gráfico: hizo referencia a las “diferencias” y destacó el único punto en el que sus miradas hacían un match: la oposición al aborto.

ADIÓS
Con profundo dolor me entero esta triste mañana que el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, falleció hoy y ya se encuentra descansando en paz. A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí.…

En Milei, el repliegue es inusual. No el cambio de discurso, una característica común en quienes opinan desde un panel de televisión o la oposición y que, luego, al frente de un gobierno, modifican sus miradas y posturas. Las críticas al FMI ilustran este fenómeno. Con Francisco ocurrió y Milei pasó de considerarlo el maligno –tesis que sostuvo, en estos días de visita por Buenos Aires, el economista gurú del libertario, Jesús Huerta de Soto– a definirlo como “el argentino más importante de la historia”.

Un factor adicional en la relación entre Milei y Francisco es que un sector importante de los votantes y seguidores del libertario tiene una mala imagen del Papa. Un estudio de Pulso Research, realizado entre el 2 y el 9 de abril pasado, ubica la positividad de Francisco en el orden del 65%, lo que lo posiciona como el personaje público con mejor imagen de la Argentina, por encima de Milei, Cristina y, por caso, Donald Trump.

En el cruce de imagen, cuando Pulso Research hace doble clic sobre el voto en el ballotage, aparecen diferencias muy notables: entre los votantes de Sergio Massa, 9 de 10 tienen buena imagen de Francisco, mientras que entre los votantes de Milei, 4 de cada 10 tiene mala imagen del pontífice. En esos casos, aparece un interrogante clásico: ¿El libertario percibió la resistencia de sus adherentes hacia Francisco y la aprovechó? ¿La postura de Milei sobre el Papa le permitió sumar adhesiones? ¿O fue un maridaje que, si se quiere, surgió naturalmente?

Camino al Vaticano
Milei viajó, este jueves, al Vaticano con una comitiva de seis funcionarios, entre ellos un candidato –Adorni– y dos de las ministras que, por sus gestiones, más críticas recibieron por parte del Papa: Patricia Bullrich y Sandra Petovello. El libertario quizá consiga, además, una foto con Trump, que no obtuvo en su viaje exprés a Mar-a-Lagos. Lo esencial pasa por otro lado: el mensaje del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, quien anticipó que, en caso de turbulencias, el gobierno republicano está dispuesto a activar una línea de créditos para la Argentina. Un mensaje curioso, como si el scrum de dólares que desplegó la “OTAN financiera” — conformada por el FMI, el BID y el Banco Mundial — necesitara una cláusula gatillo más: un potencial crédito extra del gobierno de Trump.

Adicionalmente, la pausa piadosa por la muerte del Papa modificó la agenda de la política local: quedó para la semana que viene la Comisión Investigadora de $LIBRA, tema que incomoda a Martín Menem y a Karina Milei, y se pasó para mayo la fecha para el posible tratamiento de la ley de Ficha Limpia en el Senado. En Casa Rosada hacen cuentas y miran, con cautela, los números. Más allá de la afirmación pública de Claudio Vidal, el gobernador de Santa Cruz, respecto de que sus senadores apoyarán el proyecto, en LLA quieren tener certezas claras antes de ir al recinto, porque el riesgo es demasiado grande: si se trata y no se aprueba, el tema pasaría para el 2026. La intención es, entonces, hacerle firmar un acta pública a los senadores que apoyan para llegar al recinto con ese “documento” previo que anticipa el voto.

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