Opinión
Natalia Salvo: El escándalo de los jueces en el Consejo de la Magistratura
Hubo un gran escándalo en el Consejo de la Magistratura la semana pasada, específicamente en la Comisión de Disciplina, que es la que juzga la conducta de los jueces y debía resolver sobre el viaje a la estancia de Joe Lewis en Bariloche, financiado por el Grupo Clarín, y del que participaron jueces, fiscales y empresarios, la causa de los chats filtrados y las facturas truchas del juez Ercolini para justificar el viaje. Hubo una causa penal que investigó esos hechos, abarcaba posibles delitos de dádivas e incumplimiento de deberes de funcionario público, pero terminó archivada en febrero de 2024. El fiscal González no apeló el cierre dispuesto por el juez Sebastián Ramos, quien consideró que hubo "espionaje ilegal" sobre los magistrados. Lo que quedaba en pie era el expediente en la Comisión de Disciplina del Consejo, allí se habían pactado más de 40 medidas de prueba para impulsar el juicio político a los involucrados. Pero el jueves pasado, cuando todo parecía encaminado, los consejeros Diego Barroetaveña, Agustina Díaz Cordero, Alejandra Provítola y Alberto Lugones se retiraron de la sesión, dejando sin quórum el debate. Fue una reacción corporativa clarísima para proteger a sus pares. Si el mecanismo de control sobre estos jueces no funciona, ¿cómo evitar que se perpetúe la impunidad judicial? Son los mismos que después se creen dioses. Juzgan a quien quieren y salvan a quien les conviene”.




